martes, 18 de diciembre de 2012

Primeros pasos

Este, es un blog dedicado a los libros, a las historias que hacen que nos emocionemos, bien de alegría o de tristeza; pero también está dedicado a aquellos libros que no han entrado con buen pie en nuestros corazones.

No pretendo ser una entendida en el ámbito literario, ciertamente porque no lo soy, solo pretendo dar mi opinión y compartirla con aquellas personas que decidan leerme. Si no hay persona alguna que me siga en el blog, tampoco me supondría un problema. Lo hago por el puro placer de mostrar lo que siento y lo que algunos libros me hacen sentir, no por agradar al resto del mundo.

Algunas de mis opiniones, no serán leídas de buen agrado, mis más sinceras disculpas por adelantado, pero nunca llueve a gusto de todos, por eso cuento con que dejéis comentarios que me den la razón o que me la quiten, pero al fin y al cabo, que comentéis.

Tras esta breve introducción, decir que me sumergí en el mundo de los libros hace muchos años. Empecé a leerlos por obligación en el colegio, y por imitación en casa; mis padres leían y siguen haciéndolo.
Pero un buen día, después de haberte leído libros y libros del Barco de vapor, y de colecciones similares, abres las páginas de EL libro y estás perdido.

Todos recordaremos ese libro que hizo que el placer de leer se convirtiera casi en un vicio confesable.
Para mí ese libro llegó un verano, yo no tendría más de 15 años y aún recuerdo lo que sus paginas me hicieron sentir, como si fuera ayer. Ese libro que página a página me hacía desear más fue:

La Pasión India(Javier Moro)


Esté libro para mí, fue una ventana, que digo una ventana, un ventanal hacia un mundo sin límites, horizontes u horarios. Un mundo paralelo que te absorbe y no te suelta jamás, el mundo de esas historias que te cautivan y te embelesan de tal modo, que pierdes la noción del tiempo y te olvidas incluso, de donde estás.


Con este libro, esta historia, y el recuerdo de su contenido aun fresco en mi memoria me despido.
Solo espero que por lo menos una persona haya tenido la suerte de haber sostenido este relato entre sus manos, frente a sus ojos y en su corazón.
"El amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia" (William Shakespeare)